La educación de nuestros perros no se limita solo a enseñarles trucos o cómo comportarse en casa, sino que también implica fomentar una comunicación efectiva y respetuosa entre el tutor y su mascota. Te proponemos tres ejercicios fundamentales que no solo mejoran la obediencia del perro, sino que también fortalecen el vínculo entre ambos. A continuación, exploraremos cada uno de estos ejercicios y cómo pueden implementarse eficazmente.

1. Permiso para Comer

Comenzar con rutinas sencillas puede marcar una gran diferencia en la relación con tu perro. Te sugerimos implementar una rutina donde el perro debe hacer contacto visual con el tutor antes de empezar a comer. Este simple acto no solo refuerza la comunicación, sino que también enseña al perro la importancia de buscar permiso antes de proceder a realizar acciones que desea. Esto prepara al perro para entender mejor los límites y esperar la señal de su tutor, lo cual es crucial en muchos aspectos de su entrenamiento y convivencia diaria.

2. La Puerta Invisible

Otro ejercicio efectivo es enseñar al perro a manejar la ansiedad y el impulso en situaciones de espera. En este caso, se trata de hacer que el perro espere en una puerta abierta y solo proceda cuando se le dé permiso explícito. El perro debe solicitar permiso mediante contacto visual, lo que refuerza la idea de que debe buscar la guía de su tutor en situaciones cotidianas. Este ejercicio no solo mejora la disciplina sino también ayuda a establecer una base sólida para el comportamiento en situaciones con distracciones, como puede ser la visita de invitados o en un ambiente desconocido.

3. Conectando Durante los Paseos

Los paseos son una parte esencial de la rutina diaria de un perro, pero también son oportunidades perfectas para entrenar comportamientos deseables. Te recomiendamos utilizar estos momentos para practicar la obediencia y la atención. Antes de permitir que el perro juegue o interactúe con otros perros o personas, es importante que busque permiso del tutor a través del contacto visual. Esta práctica no solo mejora la atención del perro hacia su tutor durante los paseos, sino que también establece una dinámica de equipo, donde el perro aprende que mirar a su tutor es esencial para obtener las libertades que desea.

Estos ejercicios no solo están diseñados para mejorar la obediencia del perro, sino que también buscan crear un ambiente de mutuo respeto y entendimiento. Al implementar estas rutinas, los tutores pueden fomentar una relación más armoniosa y comunicativa con sus perros, lo que sin duda mejora la calidad de vida de ambos. Este enfoque  sobre el permiso y la comunicación visual puede ser una herramienta poderosa en la educación canina, ayudando a los perros a entender mejor a sus tutores y a comportarse adecuadamente en una variedad de situaciones.

Tags: adiestramiento, perro anciano